La marca

La marca que has dejado
se parece a un tatuaje
que se vuelve inmortal en la piel,
no hay lágrima que pueda borrarlo,
no hay dolor que lo haga invisible.

La marca que has dejado,
la llevaré casi en triste,
no soportará tu silencio
ni la ausencia de un adiós.

Te marchaste sin haber venido,
te fuiste sin regresar,
y pienso que has olvidado
que aun cuando te llamaba,
nunca quisiste venir.

La marca que has dejado,
será el trofeo que guardaré
para sentirlo por la tarde
sentado en el balcón.

La marca que has dejado,
será un llanto callado,
un querer decir: no mas
cuando en realidad debería
poderte abrazar.

La marca que has dejado
es un premio a la agonía,
un recuerdo cargado de sombras,
una esquina sin farol.

La marca que has dejado,
es la muerte de un tal vez…

Nostalgia

Nostalgia es una tarde abandonada,
cargada de relojes silenciosos.

Nostalgia es tu mano entre mis dedos
paseando por las calles del viejo Miraflores.

Nostalgia es la película que nunca vimos
por andar agazapados tras los besos
del principio de nuestra historia.

Nostalgia es el humo de un cigarrillo
después de largos momentos
en que nuestros cuerpos se esfumaron.

Nostalgia es… melancolía al fin,
en una noche de tiempo eterno,
en un día que se esta despidiendo.

Mi Dios

Misterio, tu sombra en mi camino,
misterio, la palabra en mi bolsillo,
misterio, la muerte mientras vivimos,
misterio, por que tanto misterio,
si todavía no encontramos
la verdad en nuestro destino.

Caminamos tras las huellas,
caminamos y hacemos huella,
nos apresuramos en correr
cuando aun no hemos partido.

Amamos con el odio del vecino,
oramos con el alma entre candados,
sufrimos con el corazón sobre la espalda
y el pecho lo dejamos abandonado.

No subimos las cuestas apasionados,
nos ponemos las piedras en los zapatos,
empezamos terminando al otro lado,
sin saber siquiera como hemos llegado.

Tu precio es lo que cuesta el del costado,
la espada es el bastón con que andamos,
hincando a todo aquel que ha tropezado.

Que no me joda el dios de los humanos,
mi Dios es libre, no duele y me estremece.

Llegaste

Llegaste una noche fría,
noche de humeros congelados
y en el calor de tu cuerpo desprovisto
anidaron algunas de mis emociones.

Mi tristeza eterna fue un instante,
y esa lluvia profunda que cae
tan cerca de tu nombre,
se desliza ahora entre mis brazos.

Y esa paz que siento al verte,
es un cáliz por esperarte tanto.

No importa la demora de tus palabras
ni interesa la oscuridad de noches antiguas,
caminas conmigo sobre nubes azules,
en tus manos encuentro la llave,
y la tibieza de tus labios alberga...
la vida, para este corazón marchitado.

Te amo

Te amo sin alfabeto, sin letras ni oraciones.

Te amo tan puro que no llevo sentimientos.

Te amo en el silencio para que me escuches pronto.

Te amo en cada tarde, la noche y la mañana.

Te amo solamente y solamente vivo… haciéndome un milagro.

Culpabilidad

Me declaro culpable
de correr tras la angustia,
de llevarte entre mi sangre,
de tomar el tren equivocado,
de navegar hacia el sur
cuando debo ir al norte.

Me declaro culpable
de andar tras la palabra
creyendo que cada frase
habrá de colocarse en tus oídos.

Me declaro culpable
de publicar este secreto
en algún diario escondido
que ni yo mismo encuentro.

Culpable soy…
de saber que tu lo sabes
… pero no quieres.

Soy culpable y mi condena será
cuatro instantes de segundos vacios.

Lágrimas

Son lágrimas que se deslizan en mi rostro,
lágrimas de lo que no soy contigo,
de no tenerte cerca para abrazarte y decirte;
de no estar a tu lado para seguir creciendo,
lágrimas que se acaban en el infinito de la tristeza.

Lágrimas por abandonarte porque es necesario,
para después ya no seguir llorando.

Lágrimas que se suceden una tras otra,
y en esa hilera marcada por la angustia
existe la esperanza de un tal vez,
de algún día, de un pronto.

Lágrimas de un corazón dolido por el tiempo,
lagrimas de amor y desesperanza,
lágrimas de ya no poder llorar contigo,
de huir y esconderse, de no hablar y dejar de orar.

Lágrimas donde no hay perdón
porque no pronunciamos sus letras.

Lágrimas de fe,
que es lo que se necesita a veces
para poder seguir llorando,
pero esta vez, de felicidad.

Poema

Ya no son la luna y las estrellas
testigos sobrios de nuestras cercanías;
el sol es una silaba enmudecida.

Ya no existen segundos que nos pertenezcan,
ni relojes que atrapen nuestras horas.

Y aun cuando me haya quedado ciego de ti,
aun con mi tacto huérfano de tus sentidos,
no quedaras entre lo que he olvidado.

Con un poema te recibí entre mis brazos,
con un poema, me despido de ti.

Reencarna

Morir sin despertarte,
sin amanecer de nuevo,
entre sus brazos,
sobre sus piernas.

Observar tu cuerpo inerte,
en una noche oscura,
en un día brillante.

Despertarte ante la luz
sin importarte nada,
dejándolo todo,
abandonándolo todo.

Morir sin tus recuerdos,
sin que dure la agonía,
morir de una vez,
sin esperarlo todo,
morir en la palabra
y volver a nacer de nuevo,
contigo a mi costado.