Déjame decirte lucecita
dorada
que tras tus palabrasel camino se hace estrecho,
se bifurca detrás del horizonte;
déjame decirte lucecita dorada
que no juegues con fuego
porque cuando queme
te dolerá el alma y habrán cicatrices,
queloides cubiertas por tiempo
que tampoco pudo borrarlas;
déjame decirte por un instante
que mis momentos fueron tuyos,
que mi corazón lo dejé en tus manos
y hoy has apretado tanto
que se asfixió mi esperanza…