Amanecí en la ribera del río piedra
sentado bajo el sauce entristecido,
la sombra la hacían tus recuerdos.
Hoy lloré, sentado en tus palabras,
esperando a que tu mirada
escape de mi memoria.
La tristeza que hace luto en mi calma,
el río piedra que ya no trae agua,
y tus labios rosa, que ya no ponen el rojo,
por la tarde, en mi camino…