domingo, 21 de febrero de 2010

Me faltas

Te había amado tanto
que se hizo lejos lo cotidiano,
como cuando la lluvia se esparce
y para no rendirse se hace rocío,

Te había amado tanto
que a tu lado sobrevivía,
como cuando el sol suave
acaricia una tarde de verano.

Pero el comienzo de un final
es una astilla entre los dedos,
una sombra o el rasguño
que no mira, sólo avanza.

Qué dicen entonces las flores
si ya no bebo de tus labios?
por donde caminan los ríos
si tu ausencia es soledad?

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