miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mañana

Ya no importa el Si o el No,
ni siquiera el quizás o el tal vez;
se acabaron los tambores
retumbando en el eco de abril;
se esfumó el tiempo de verte,
se esfumó la ira acorazada
que acompañaba esa experiencia;
ya no hay ni siquiera espacios vacios
ni cadenas arrojadas al mar de otoño;
no eres tu en la lluvia de un solsticio,
ni estás en el perfume del incienso;
estoy abrumado entristecido,
flotando en un salvavidas que pesa tanto
y no quiere hundirse porque sabe
que aún ahora existo en mi inocencia.

Se acabaron tantas cosas
y tantas cosas quedan
que de la confusión y el caos
ya no surge el Fénix revoloteando;
apenas entre el espasmo de la verdad
y lo incierto de la mentira
espero volver a verte
en un déjà vu ingrato,
verte cuando no te tengo;
puertas cerradas
cuando las estaba cerrando;
fuiste lo que quisiste,
eres lo que pretendes ser;
mañana despertaré a las seis
y ya no estarás para respirarte,
no se acabó el mundo,
pero existe la desolación.

Mañana despertaré a las seis
y a las siete ya no te respiraré.

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