domingo, 20 de septiembre de 2009

El adiós del amante

Se escaparon los deseos
de acariciar el hondo de tu alma
de recorrer cada esquina
de tus sentimientos esquivos.

Tus frases inéditas e inconclusas
encierran la soledad de un verso
que se mueve sobre la brisa
de la orilla del mar.

Y cada paso hacia tu lado
es un retroceso compartido
por el camino abandonado
de un bosque equivocado.

Se acabaron las ganas
de dos besos escondidos
de un tercero entre tus manos
de la sombra tocando los dedos.

Y en esa lluvia sobre el desierto
quedaré guardado en la sinfonía
de un castillo construido
con la arena de mis pensamientos.

Y si no llego hasta el final
de esta historia poco contada
que no se extrañen los autores
de los pasos de mis días
del fuego sobre la hoguera.

No hay comentarios: