viernes, 17 de julio de 2009

Promesa

Ya no podrás huir de esta noche tibia,
noche sola sin lunas ni estrellas,
porque el cielo es mi promesa.

Apenas si podrán escaparse tu aliento,
tus quejidos y tus sentidos,
mientras mis labios… humedecen tu piel.

Y llévame en ese éxtasis,
cuando mis labios atrapen tus labios…
allí, donde es más fuerte, tu aroma de mujer.

Y mientras nuestras almas
se confunden en purpura,
mientras nos hacemos uno,
mientras tu voz se escucha lejos,
tan solo puedo imaginar,
las mil veces que he de regresar
a este templo profanado,
porque después de haberte amado,
quiero seguir amándote mujer.

No hay comentarios: