sábado, 1 de octubre de 2011

Pour son

Cometí el error
de verte entre mis sueños
como silueta divina,
de saludar el día
imaginando tu sonrisa,
de terminar una noche
con tu piel sobre mis poros.

Cometí el error de no perder
y mantener las ilusiones,
de esperar otras noches
para acariciar tus melodías.

Cometí el error de creer
que tus besos eran míos
y que no podrían buscar
algún otro furtivo destino.

Y esta noche cometí el error
de esperarte nuevamente
desnuda entre las sábanas
y así me quedé dormida
con el perfume amargo
de tu traición y mi herejía.

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